La juez que investiga la muerte de un trabajador de la grúa municipal de Sevilla, que fue aplastado por su propio vehículo, ha tomado hoy declaración a un mecánico que ha afirmado que el contrapeso que pudo causar el accidente se desmontaba para pasar la ITV.
Fuentes del caso han informado a Efe de que el testigo E.A.A. ha asegurado que una jefa de división les ordenaba desmontar los contrapesos para pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y luego montarlos de nuevo.
Se trataba de una pieza de entre 400 y 500 kilos de peso que venía de fábrica con las grúas pero que no estaba legalizada, según las fuentes, por lo que se desmontaban para pasar la ITV.
El testigo ha declarado a la juez de instrucción 8 de Sevilla que por orden de la jefa de división desmontaba esa pieza con ayuda de unos gatos y luego la volvía a colocar.
La comparecencia de este testigo se ha producido después de que la juez tomase declaración, en julio pasado, al responsable de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) donde fue llevada la grúa, quien aseguró que no pasó la inspección porque presentaba una reforma que no había sido legalizada, aunque diez días después sí que obtuvo el visado.
El accidente ocurrió el 30 de agosto de 2010 cuando el trabajador José María M.P., de 49 años, falleció por aplastamiento toraco-abdominal, atropellado por su propia grúa, cuando depositaba un vehículo en el cuartel de la Policía Nacional de la avenida Blas Infante de Sevilla para ser inspeccionado en busca de huellas.
Por razones que se desconocen, la grúa se desplazó marcha atrás unos dos metros, con tan mala fortuna que atropelló con su rueda delantera al trabajador en la pierna, lo tiró al suelo y posteriormente quedó atrapado entre el contrapeso y el asfalto.
El sindicato CSIF denunció a raíz del accidente que la grúa tenía un contrapeso adicional, supuestamente para permitir la carga de vehículos más pesados, que se desmontaba para pasar la ITV y posteriormente se volvía a montar.
La acusación particular que ejerce la familia del fallecido considera que ese contrapeso no estaba homologado y tuvo una relevancia para provocar o agravar las consecuencias del accidente.
La empresa concesionaria, por su parte, ha negado cualquier responsabilidad en el accidente pues defiende que la grúa cumplía todos los requisitos legales.