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Sevilla

Absuelto de violar a una joven tras pasar la noche en una discoteca

Absuelto de violar a una joven tras pasar la noche en una discoteca

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La Audiencia de Sevilla ha absuelto a un joven de 25 años que fue acusado de violación por una chica con la que pasó la noche en una discoteca y luego se trasladó en coche a un descampado, donde bebieron vodka y mantuvieron relaciones sexuales.

Una sentencia de la Audiencia de Sevilla, a la que ha tenido acceso Efe, explica que el acusado I.J.P. pasó la noche con la denunciante en una discoteca de Sevilla y luego se dirigieron a la barriada de Montequinto en Dos Hermanas (Sevilla), donde primero dejaron a un amigo en su casa y luego estacionaron su coche a un descampado.

Allí bebieron ambos de una botella de vodka caramelizado, se besaron y mantuvieron relaciones sexuales mediante felación y penetración, que fueron consentidas por la denunciante según la sentencia.

Entienden los jueces que no se aprecia que la joven se opusiera a las relaciones sexuales con el acusado "o al menos que éste tuviera conciencia de su negativa".

Según el fallo, la denunciante "aceptó marcharse con el acusado en su coche, quedarse sola con él después de dejar al amigo que les acompañaba, nada opuso al estacionamiento en un descampado, a tomar una copa en el interior del vehículo, ni a que sacara una manta y le dijera: 'Esta la vas a estrenar tú'".

A ello se une que el amigo que les acompañaba declaró que decidió marcharse porque vio que "estaban intimando, que estaban con bastantes roces y besos", lo que le hacía sentirse "incómodo", por lo que "sobraba y me quería quitar de en medio".

Otra amiga declaró en el juicio que preguntó a la denunciante "si estaba segura de irse con él y ella le contestó que sí".

Pese a ello, la joven se personó como acusación particular en el caso y pidió para I.J.P. una condena de cuatro años y medio de cárcel y el pago de una indemnización de 30.000 euros por el daño moral.

La denunciante, según los jueces, incurrió en diversas contradicciones en sus sucesivas declaraciones, "a lo que se añade su comportamiento posterior" como despedirse del acusado con un beso y no haber querido denunciar en la Policía o el juzgado.

En cambio, se presentó en un centro médico "no para ser examinada de posibles heridas o alteraciones derivadas de la situación vivida con el inculpado, sino para obtener la píldora del día después por el hecho de haber mantenido la citada relación sin protección y estar preocupada por sus posibles consecuencias".

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