El tiempo en: San Fernando

Arcos

“No todo vale en política”

El exdelegado de Urbanismo en el Ayuntamiento de Arcos fue denunciado por un presunto delito de malversación y prevaricación, supuesto fruto de la firma de unos convenios urbanísticos con tres empresas

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Juan Ignacio López Escobar. -

Doce años después, Juan Ignacio López Escobar rompe su silencio para dar su versión sobre la sentencia que le ha sido favorable. Actualmente reside en Málaga, donde desarrolla su labor profesional en un grupo empresarial y desde donde también dirige su empresa de ingeniería en Arcos. Su aspecto físico no se asemeja al concejal del PP que un día dirigió los destinos urbanísticos de la ciudad: ha perdido 50 kilos de peso. Sus esporádicas visitas a Arcos, pero sobre todo sus amistades, le han procurado todos estos años un gran conocimiento de la realidad del municipio y de sus proyectos políticos, lo cual le merece una reflexión...

—¿Cómo valora la sentencia judicial que le exime de las acusaciones de malversación y prevaricación sobre los acuerdos urbanísticos que firmó durante su etapa como delegado de Urbanismo?
—Hay cosas que son difíciles de entender en política. Cuando entramos en la política, lo hicimos con ilusión para intentar resolver los problemas de Arcos. Aquí da la impresión que se ha hecho de otra forma. Se ha buscado eliminar a un Partido Popular que había hecho muchas cosas. Tuve la suerte de contar con un equipo de trabajo con el que transformamos Arcos. Cuando entramos había muchos problemas en las infraestructuras de la ciudad. El polígono industrial, las centrales, las bodegas, el centro comercial… Todo eso fue posible. La entrada de Arcos era un escaparate de neumáticos y hoy es el parque de la Verbena. Se hicieron muchas cosas. Parece ser que había interés por parar ese desarrollo. Hoy, después de ver la sentencia y de doce años callado, es una satisfacción no sólo por mí, porque se ha acusado a los técnicos municipales que hicieron una labor excelente, así como a personas que vinieron a invertir en Arcos. He estado doce años callado, respetando las acciones de la justicia, porque hay una cosa clara: en 2006 el Tribunal de Cuentas ya dice que los bienes aportados por el Ayuntamiento son de cuantía de inferior a los de la empresa, de modo que no existe menoscabo… Sin embargo, el PSOE, sobre todo Joaquín Macías, siguió adelante porque les interesaba mantener este tema. Por lo tanto, tengo la satisfacción de que la sentencia haya fallado en favor de los técnicos y de mi persona.


—Lo más llamativo de la sentencia no sólo es el fallo en su favor y que no hubo ilegalidad en su actuación, sino que considera los acuerdos urbanísticos positivos para el municipio…
—Denunciaron los tres convenios que hice. Sin embargo, en Arcos se hicieron 40 ó 50 convenios… Los tres fueron aprobados por unanimidad, y fueron de los mejores que se hicieron en el municipio, lo cual permitió, por ejemplo, la ampliación del parque de la Verbena sin coste para el Ayuntamiento. Lo único que se hacía era permutar seis mil y pico de unidades de aprovechamiento, que si se hacía una gestión inteligente por el Ayuntamiento se convertirían en sesenta y pico mil; es decir, que esas unidades se multiplicaban por diez. El PSOE votó a favor y hubo informes favorables. Sin embargo, se utilizó para intentar desprestigiar la imagen de una persona y de un partido, arrastrando también con los técnicos. Los convenios fueron magníficos, y todo el mundo que ha declarado ha defendido el proyecto.


—¿Considera que las denuncias que pesaron sobre usted pudieron influir de algún modo en el cambio de gobierno que se produjo en 2003?
—Creo que no. Hubo un pacto entre PSOE e IU para cerrar la central de ciclo combinado, porque el PP ganó aquellas elecciones. Ahora todo el mundo sabe lo que pasó. Fue el pacto del engaño, pues las historias que se contaban se han transformado. De hecho, hoy existe un proyecto de aprovechamiento del CO2 de la central para la agricultura. Eso generaría unos cinco puestos de trabajo por cada hectárea. Yo sé que existe un interés importante por sacar adelante ese proyecto. Además, la mitad del Presupuesto municipal se está cubriendo con los ingresos de la empresa de la central.


—¿Cree que se ha dañado su imagen personal y se ha minado en cierto modo su relación social durante el proceso judicial?
—Las personas que me conocían sabían perfectamente lo que estaba pasando. Uno tiene enemigos en política en el momento en que toma determinaciones, eso es inevitable, pero yo creo en la honestidad de los políticos. Cuando entramos a gobernar en el 92 lo hicimos altruistamente porque pensábamos que no íbamos a ganar, sólo queríamos aportar otras ideas y proyectos para Arcos, pero el pueblo decidió que gobernáramos. Con la misma ilusión con la que llegamos a la política me he ido de la política. He tenido otros proyectos, familiares, empresariales… Siempre he querido crear una empresa, y lo hemos hecho con una empresa de ingenieros ubicada en Arcos. Hay muchas ilusiones, pero el mayor daño ha sido ver que las personas que apostaron por el desarrollo de Arcos se vieran implicadas en este proceso. Quiero hacer un llamamiento hacia la buena imagen de esas personas y de los técnicos municipales.


—Se le llegó a acusar de haberse quedado literalmente con una vivienda fruto de esos acuerdos con los particulares. La sentencia demuestra que usted pagó el inmueble con su dinero y que no hubo beneficio…
—Dos años después de haber cesado como concejal compré dos parcelas para que mis hijos se pudieran hacer una vivienda. Por circunstancias, las vendí. Me costaron aproximadamente un quince por ciento de lo que yo ganaba anualmente en mi empresa. Yo estaba bien remunerado, y bien lo sabe la gente que me conoce. En política me tiré muchos años sin cobrar absolutamente nada. En los últimos años llegué a cobrar ciento y pico mil pesetas del Ayuntamiento. Además, nadie verá ni una sola nota de gastos, pues todo lo pagaba de mi bolsillo particular.


—Con la sentencia entre las manos, ¿qué le diría a sus denunciantes?
—Le diría a Joaquín Macías que no todo vale en política. Cuando uno llega a la política con buena fe, lo que piensa es que los demás lo han hecho de la mejor manera posible. De lo que hay que preocuparse es de resolver los problemas de Arcos de la Frontera y no intentar perseguir al que no te es afín. Creo que los políticos debemos tener el objetivo de mejorar las cosas.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN