La situación de crisis económica generalizada en la sociedad está afectando también a distintas entidades isleñas. Es el caso de la Peña Cultural Carnavalesca Los Catavinos, que tras abrir sus puertas en el año 1988, hace meses que afronta una difícil situación económica.
Año tras año, los socios de la peña han trabajado en todos los actos de Carnaval en los que se podía montar barra, desinteresadamente, para que la peña pudiese tener fondos suficientes como para mantenerse durante todo el año. A esto se le suman las cuotas de los socios, las subvenciones municipales y otros eventos con los que la peña podía sobrevivir mes tras mes y año tras año. Así hasta llegar a los veinticuatro que ya casi cumple.
Los últimos carnavales fueron nefastos económicamente
El pasado mes febrero la entidad sufrió un daño importante cuando el primer sábado de Carnaval, día de celebración de la Gran Quesada Popular, la gran mayoría de eventos carnavalescos se congregaron en la Plaza del Rey, haciendo que la mayor parte de la ciudadanía se quedase en este emplazamiento hasta la hora del pregón. Esto provocó que la Gran Quesada, en la Calle Santa Cruz (junto a la Plaza de las Vacas) siempre multitudinaria, fuese un total fracaso en cuanto a los beneficios obtenidos, ya que los gastos superaron los 2.500 euros. Con este golpe, los carnavales en vez de producir beneficios supusieron un gasto importante para la entidad.
“Trabajando los carnavales no pretendemos hacernos ricos, sino contribuir a la fiesta, beneficiar a todos los ciudadanos con nuestros actos, y conseguir algún dinero para ayudarnos a mantenernos hasta el año siguiente”, afirma Manoli de los Santos, presidenta de Los Catavinos.
A esto se nos unió otro duro golpe que vino por parte Aguagest; que a primeros de año les remitieron una factura de agua por más de 2.000 euros que, según la empresa, se habría ocasionado por una fuga interna. Factura que ya se ha pagado.
Otro dato importante a tener en cuenta es la cuantía que les adeuda el Ayuntamiento, tanto por actos celebrados durante el Carnaval, como por actuaciones del coro, e incluso por la Semana Cultural del año 2010. “Sabemos que el Ayuntamiento nos debe ese dinero, y contamos con cobrarlo, pero ni siquiera ellos nos dicen cuándo se hará efectivo, incluso habiéndoles manifestado la situación en que nos encontramos; y el alquiler del local hay que pagarlo todos los meses”, señala la presidenta de la entidad. “No pedimos nada que no sea nuestro, sólo intentamos que quienes nos deben dinero nos lo paguen”.
Buscando compañero de piso
Ante esta situación, la peña Los Catavinos se ve obligada a buscar otro colectivo que esté en una situación similar a la suya: que necesite un local y no pueda asumir todos los gastos. “Cada vez vemos más carteles por la calle de gente que busca compañero de piso, o que cede una habitación de su casa. A nadie le gusta perder su intimidad, pero a veces no hay más remedio”, indica la presidenta.
De manera que ahora comienza la búsqueda: una asociación, una peña, un club, un particular que necesite local para dar clases…, incluso un grupo de amigos que le guste pasarlo bien y busquen un sitio para reunirse. Los socios están convencidos de que alguien necesitará una sede y quiera compartir la suya; la coqueta peña de Los Catavinos, toda alicatada de azulejos, con dos salones, escenario, ventana y puertas a la calle, cantina, etc.
“Sería lamentable que la peña tuviera que cerrarse sin más: siendo, después de tantos años, un gran referente lúdico y cultural en La Isla. Supondría, por nuestra parte,no más agrupaciones de Carnaval, (éstas han estado presentes en La Isla, ininterrumpidamente desde su fundación) no más coro, no más quesada, ni semanas culturales, ni fiestas de Reyes, ni cruces de Mayo, ni noche de Saeta, ni teatro. Con lo que tenemos a día de hoy en banco, en un mes tendríamos que cerrar las puertas”, afirma Manoli de los Santos.