Sólo los conductores que pasan por ese punto saben que hay un paso de peatones en la confluencia entre la calle San Marcos y la calle San Nicolás. De día es medianamente perceptible pero de noche no son pocos los vehículos que se las ven y se las desean para no atropellar a algún peatón que llega desde la Ronda del Estero a través de la prolongación de San Nicolás.
Sólo existe una acera de medio metro entre la esquina de las viviendas y el paso de cebra, por lo que los peatones entran directamente por inercia sin darse cuenta de que el vehículo que llega lo tienen ya encima. Lo mismo que le ocurre al conductor del vehículo, por lo que los frenazos son constantes y sólo la suerte ha permitido que no haya ocurrido algún accidente.
El problema es que no existe indicación vertical alguna del paso de cebra en la calle San Marcos y para más abundar y como es habitual en toda la ciudad, el paso de peatones necesita una urgente capa de pintura, como puede apreciarse en las fotografías.
