La Virgen del Carmen, la patrona de los marineros, un sector en declive en una ciudad que antaño fuera importante por el sector pesquero, del que vivían muchas familias humildes y que continuaban así con la tradición familiar, quiso ayer, a pesar del fuerte viento de levante que la acompañó, realizar su procesión por las calles de la ciudad, por las que estuvo totalmente arropada por los portuenses.
Sin duda, el viento provocó que no se pudiera lucir como quisiera, y mucho menos por mar, estando dispuesto su embarque en el Club Náutico a las 16.30 horas. Pero con todo, no impidió que los portuenses pudieran contemplar a la virgen marinera, hacerle sus plegarias e incluso darle las gracias por los deseos cumplidos del año anterior, aunque el fin de la crisis no es uno de esos deseos colmados.
Recordar que la procesión tomó, a su salida de su templo, la parroquia del Carmen y San Marcos, la calle Aurora, Micaela Aramburu, bajada del Castillo, plaza Alfonso X El Sabio, Jesús de los Milagros, Luna, Misericordia, José Antonio Romero, Ribera del Marisco, plaza de las Galeras, avenida de la Bajamar y antigua lonja pesquera, donde se produjo la bendición de las aguas. La procesión continuó después por La Bajamar, Domingo Veneroni, Federico Rubio, Conde de Osborne, La Palma, Pedro Muñoz Seca, para alcanzar así el templo del que saliera, el convento de las Madres Concepcionistas.
Su partida desde San Marcos la hacía pasadas las ocho de la tarde y aunque con algunos desajustes en el recorrido, que dio la sensación de estar algo desarreglado. Algunos portuenses que la vieron en la puerta de la parroquia echaron en falta al alcalde, Enrique Moresco, en dicha procesión, aunque estuvieran presentes el concejal de Cultura y Fiestas, Millán Alegre, junto al Consejo Local de Hermandades, así como el edil de Mantenimiento Urbano, Damián Bornes, María Antonia Martínez, de Educación, Jesús González, de Fomento, y por la oposición, Silvia Gómez y Antonio Díaz (IP).
Quien la viera partir desde San Marcos con el acompañamiento de la banda Maestro Dueñas y el levante por bandera inmediatamente tomó el pulso al río, donde la talla marinera era paseada por la parte más integrada en la ciudad del Guadalete, lo que supuso que estuviera preservada del viento, a la espera de que su homónima hiciera su recorrido por el centro y le diera encuentro en la Bajamar, donde finalmente no se pudo ver el espectáculo de cohetes, por temor a que el viento provocara algún incidente.
La jornada además sirvió para que muchos portuenses salieran a la calle, a disfrutar del ambiente festivo así como del verano, por lo que en general hubo bastante tránsito de gente por las calles de la ciudad, siendo el punto álgido de dicha concentración la Bajamar, donde muchos portuenses quisieron esperar a la patrona de los marineros.