Rajoy ha asegurado que no se creará un "banco malo" (que consiste en agrupar en una entidad los activos problemáticos del sistema financiero) y ha explicado que el procedimiento elegido no será gravoso para los contribuyentes.
Según Rajoy, el plan obligará "al saneamiento de las entidades financieras, a su transparencia y a un nuevo proceso de fusiones de entidades" para que las resultantes tengan un tamaño adecuado, sean solventes y, sobre todo, "para que vuelvan a dar crédito a las pequeñas y medianas empresas y a las familias, sin lo cual no habrá recuperación".