"Parece que la cosa va mejor, y, así, los médicos han decidido bajarle la sedación. Incluso le han desentubado para que pudiera comunicarse con nosotros. Quería que le dijésemos la verdad de lo que tiene. Pero está muy tranquilo. No sé de dónde saca tanta fortaleza", explicó su apoderado, Diego Robles, en conversación telefónica con Efe desde el mismo hospital.
"Con la mascarilla puesta, por lo que hablaba algo forzado, y todavía un poco 'atontado' por la paliza que lleva encima, pero fuerte como es él, me ha agarrado la mano que casi me la revienta, mientras me decía que no le quite de ninguna de las corridas que tenemos hechas en América", dijo el apoderado.
"Increíble. No hay palabras para definir la situación y al personaje. Al mismo Toño Matilla, que ha entrado también a verle, le he explicado a la salida que 'esto' no se acaba. Que las fuerzas de Padilla no son normales. Y tengo muy claro que Padilla va a volver a torear, aunque sea como la gallinita ciega, con venda y todo. Porque hay que echarle tierra en los ojos a este torero para que no pueda torear", insistió Robles.
La visita fue a las ocho de la tarde. Primero entró la esposa del torero, Lidia, a quien los médicos le habían advertido que estuviera preparada para contestar las preguntas que seguramente le haría, como así fue. "Quiere saber lo que tiene en el ojo, y después que no se va a perder ninguna corrida. Así que hay que hablarle con suavidad y camuflarle la realidad".
Luego entraron los padres, Pepe y Ana; a continuación los apoderados, Toño y Diego; y finalmente un matrimonio amigo de Santander, Juan Renedo y su esposa Loli. "A todos la misma pregunta, y a los padres y la mujer, también recomendaciones para sus dos hijos, Paloma y Martín. Está en todo", explicó el apoderado.
Y una reflexión del propio Robles, hablando con Toño Matilla: "la recuperación de los toreros se hace toreando. Y como es éste, hay que ir pensando que no se va a ir a la calle por una cornada. Yo le conozco bien, y Padilla vuelve, ya lo creo, a no ser algo de fuerza muy mayor. Hay que mirar a José Tomás, al cabo de un año después de haber estado más cerca de la muerte que de la vida. Se ha llevado un tiempo, pero ahí está".
El apoderado, no obstante, reconoce que "hay que acomodar la realidad a la nueva situación, aunque yo no digo ni que sí ni que no. Y al mismo torero se lo he advertido. No te quito ni una corrida, que hasta media hora antes de salir a torear tenemos tiempo de ver si estás recuperado y puedes".
Las próximas corridas que tiene contratadas Padilla en América son: el 13 de noviembre en Lima, en cuya plaza de Acho todavía no ha debutado; el 18 en Valencia (Venezuela); el 19 en Maracaibo (Venezuela); y el 30 en la Feria de Quito.