Estos datos figuran en el estudio de "Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011-2021", hecho público este viernes por el INE en el que se advierte del progresivo descenso de la natalidad y envejecimiento de la población española.
Esta proyección constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residirá en España en los próximos 10 años, si se mantienen las tendencias y los comportamientos demográficos actuales, ha subrayado el organismo.
Así, el INE pronostica que a lo largo de la próxima década, en España continuará registrándose el paulatino descenso de la natalidad que se inició en 2009.
Según esos cálculos, entre 2011 y 2020 nacerán en torno a 4,4 millones de niños (un 4,7 por ciento menos que en la década pasada), y sólo en 2020 se registrarán 396.417 nacimientos, un 18,1 por ciento menos que en 2010.
Esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que la fecundidad mantuviera la tendencia ligeramente favorable de los últimos años, que llevaría al número medio de hijos por mujer a los 1,50 en 2020, frente a los 1,38 de 2010.
Y es que el descenso de nacimientos vendrá determinado por la propia estructura de la pirámide poblacional española, al encontrarse en edades fértiles las generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de los años 80 y primeros de los 90.
El INE también ha pronosticado que la tendencia actual de tener los hijos cada vez más tarde seguirá creciendo hasta el punto de que, a finales de la próxima década, la edad media de la primera maternidad superará los 31,1 años a finales de la próxima década.
Estos datos refuerzan la tendencia por la que España ha pasado de ser el segundo país europeo por índice de fecundidad en 1976 (por detrás de Irlanda), a estar por debajo de la media en 1986, hasta tener actualmente una de las tasas de fecundidad más bajas de la UE.
No obstante, y tras los bruscos descensos de los años 80 y principios de los 90, la llegada de miles de mujeres inmigrantes mantuvo una ligera tendencia al alza en los índice de natalidad ya que mientras que las mujeres españolas tenían una media de 1,33 hijos, las extranjeras tenían 1,67.