"Hemos recogido 65 cadáveres y otras 50 personas han resultado heridas, de las que cinco murieron después de ser trasladadas al hospital", afirmó el director del servicio de ambulancias de Mogadiscio, Ali Muse Mohamud.
"La escena es horrible. Nuestras mentes no pueden aceptar ver estas cosas, es traumático", añadió.
La mayoría de los muertos son estudiantes que habían acudido al complejo atacado -donde tienen sus oficinas tres ministerios del Gobierno Federal de Transición de Somalia (TFG, en inglés)- a examinarse o a cursos que se imparten en estos edificios, mientras que miembros de la Administración somalí también perdieron la vida.
Por su parte, el portavoz de la Policía de Somalia, el coronel Abdulahi Hassan Barise, que llegó al lugar del los hechos poco después del ataque, dijo que, de momento, habían contado 40 muertos, pero que "es probable que aumente la cifra cuando la operación de rescate haya finalizado".
"Este es un desastre nacional, es inhumano y un acto que un ser humano no puede aceptar", añadió Barise.
Al Shabab, vinculada al grupo terrorista Al Qaeda, se responsabilizó del ataque en un comunicado publicado en su página web.
"Por deseo de Dios, los muyahidines han planificado y llevado a cabo satisfactoriamente un ataque sagrado sobre los ministerios del Gobierno apóstata", asegura Al Shabab en el texto.
"El ataque se ha cobrado cientos de vidas del que se hace llamar Gobierno", sentencia.
Reporteros de Efe que visitaron el lugar del suceso pudieron ver los cadáveres de 36 personas, todas ellas civiles, excepto tres soldados del Ejército somalí, y el que sería el terrorista suicida, cuyo cuerpo calcinado estaba a la entrada del complejo de edificios.
Las Fuerzas de Seguridad del Gobierno somalí y la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) movilizaron numerosos efectivos para ayudar a retirar los cadáveres del lugar del suceso y llevar a los heridos al hospital, así como para tratar de normalizar la situación en los alrededores del edificio.
Hassan Ali Osman, de 36 años, guarda en las oficinas del Departamento de Investigación Criminal (CID, por sus siglas en inglés) y que resultó herido en el ataque, aseguró que vio como un camión de marca UD llegaba hasta la entrada del complejo y explotaba.
"Había dos hombres en el camión. Uno de ellos saltó del vehículo y el otro, el conductor, dirigió el camión hasta la puerta y luego explotó", aseguró Osman.
Según el testigo, "el que saltó del vehículo, que también murió, no tenía pinta de ser somalí. Era africano pero no tenía rasgos somalíes".
Aunque Al Shabab ya ha llevado a cabo varios atentados terroristas, esta es la segunda vez que los estudiantes son sus objetivos.
En diciembre de 2009, los fundamentalistas llevaron a cabo un atentado contra un hotel en Mogadiscio en el que se celebrara una ceremonia de graduación, en el que murieron 4 ministros del Gobierno de Transición, 3 periodistas, 4 médicos y 29 estudiantes.
El atentado de este martes llega después de la supuesta retirada de Al Shabab de Mogadiscio, a principios del pasado mes de agosto, motivada por lo que los radicales islámicos denominaron "un cambio táctico", mientras que el Ejecutivo somalí lo interpretó como una victoria sobre esta milicia.
No obstante, Al Shabab, que aún domina buena parte del sur de Somalia, anunció entonces que optaría por una guerra de guerrillas, como certifica el ataque de este martes, en vez de por el enfrentamiento directo que practicaban hasta entonces.
Al Shabab lucha contra las tropas del internacionalmente respaldado Gobierno somalí y las de AMISOM para instaurar en la región un estado musulmán de corte wahabí.
Somalia vive una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.