En un veredicto hecho público este jueves en la Audiencia Provincial de Sevilla, el jurado ha considerado a la acusada culpable de haberse puesto de acuerdo con su entonces pareja --fallecida el 10 de enero de 2011-- para dar muerte "intencionadamente" al anciano y asestarle hasta once puñaladas en distintas partes del cuerpo, heridas que le provocaron la muerte.
Así, el jurado ha considerado probado por unanimidad que, entre las 00,00 y las 6,00 horas del 8 de marzo de 2010, la procesada, acompañada de su entonces pareja, acudió al domicilio de la víctima en la localidad de Guillena portando un machete de cacería de 30 centímetros de hoja por cinco centímetros de ancho.
Una vez en el interior de la vivienda, según el veredicto, exigieron dinero al anciano y, como quiera que éste se negó, le asestaron un total de once puñaladas que le provocaron la muerte, limpiaron el machete utilizado con una sábana y registraron la vivienda, tras lo que abandonaron el domicilio. El jurado considera que ambos causaron a la víctima "padecimientos innecesarios" y "aumentaron deliberadamente su dolor".
EL JURADO, CONTRARIO AL INDULTO
Según el veredicto, que no ha tenido en cuenta la atenuante de drogadicción planteada por la defensa, tanto la acusada como su entonces pareja sentimental atacaron a la víctima "de forma salvaje y por sorpresa", todo ello sin que el fallecido "tuviera oportunidad de defenderse". El jurado se ha mostrado por unanimidad desfavorable a que se pueda conceder el indulto a la imputada.
Tras ello, tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce la familia de la víctima han solicitado que se imponga una pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato a la acusada, quien, durante su declaración, aseguró que fue su novio, ya fallecido, quien asesinó al anciano el día 8 de marzo del pasado año 2010.
Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, los hechos tuvieron lugar entre las 00,00 y las 6,00 horas del día 8 de marzo de 2010, cuando la acusada, M.M.B., acompañada de su pareja --ya fallecida--, se aproximó al domicilio de la víctima, lugar al que acudía "con frecuencia" desde que se separó de su exmarido "a pedirle dinero".
LOS HECHOS
En este sentido, añade que, con ese propósito, la imputada "siempre había acudido sola" a dicho domicilio, pero esa noche fue en compañía de su actual pareja, "ya que sabían que acababa de cobrar su jubilación", llevando entre sus ropas un machete de cacería propiedad de la encartada "de grandes proporciones", concretamente de 30 centímetros de hoja por cinco centímetros de ancho, aparte la empuñadura.
De este modo, y según el fiscal, una vez en el lugar de los hechos, la víctima abrió "confiado y sin ninguna prevención, por cuanto conocía" a la acusada, que entró en el piso acompañada de su pareja, pero "como quiera que el fallecido se negó a entregar dinero, fue salvajemente acuchillado con el machete, hasta causarle la muerte".
Así, sufrió once heridas por arma blanca en el cuello, el tórax y el abdomen, heridas que "son de ataque" a la víctima, afectan a los órganos vitales y "se presentan como un ataque reiterativo, teniendo como objetivo todo el cuerpo" del finado. Asimismo, éste presenta tres heridas de defensa por arma blanca en la mano izquierda.
SECCIÓN DE LA TRÁQUEA
El fiscal explica que las heridas "provocan graves lesiones internas de carácter mortal", como por ejemplo una herida en el cuello con sección de la tráquea, agresiones que "fueron realizadas con mucha fuerza con la clara intención de acabar con su vida", ya que las puñaladas "fracturaron varias costillas y atravesaron o seccionaron arterias, pulmón y corazón, entre otras".
Seguidamente, y según el Ministerio Público, los acusados limpiaron el machete, registraron la casa llevándose una cantidad indeterminada de dinero y la cartilla de ahorros de la víctima, tras todo lo cual se fueron a su domicilio, también de Guillena, "y pocas horas después llevaban juntos al colegio a los hijos" de la acusada, visitaron a la madre del acusado "y se hacían ver ante amigos y vecinos, que aún ignoraban lo ocurrido".
Fue sobre las 11,00 horas del 8 de marzo cuando un hermano del fallecido fue a buscarle para pasear con otros vecinos y le encontró muerto en el salón de la casa. Añade el fiscal que la imputada no presenta ningún trastorno mental ni de la personalidad y es consumidora de cocaína desde su separación.