Los llamamientos a Gadafi se multiplican desde las capitales occidentales a organizaciones panárabes y, así, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, instó a Gadafi a renunciar "sin más tardar a lo que le queda de poder" para evitar a la población "nuevos sufrimientos inútiles".
Sarkozy pidió a Gadafi que ordene un "alto el fuego de manera inmediata a las fuerzas que todavía le son leales" y garantizó al Consejo Nacional de Transición (CNT) y a la población "el pleno apoyo de Francia para lograr la liberación de su país de la opresión y de la dictadura".
En la misma línea, la canciller alemana, Angela Merkel, llamó al dirigente libio a dejar el poder "lo antes posible" para evitar más derramamiento de sangre.
También la Liga Árabe pidió al régimen de Gadafi que entregué el poder a la población y reclamó el cese de los enfrentamientos.
En Estados Unidos, su presidente, Barack Obama, que está de vacaciones con su familia en un balneario de Massachusetts, recibió hoy informaciones sobre la situación en Libia por parte de su asesor principal sobre seguridad nacional y antiterrorismo, John Brennan.
"Estados Unidos mantiene comunicaciones permanentes con sus aliados", dijo el portavoz presidencial Josh Earnest, quien destacó que "el pueblo libio merece un futuro justo, democrático y pacífico" y reiteró la idea del Gobierno de Washington de que "los días de Gadafi están contados".
Esta opinión sobre la inminente caída de Gadafi ya la había expresado el Consejo Nacional de Transición (CNT), organismo político de los rebeldes libios, que afirmó hoy que el fin del régimen está "muy cerca".
De hecho, los insurgentes habrían iniciado lo que denominan "la operación para la liberación de Trípoli".
Violentos enfrentamientos se suceden entre los rebeldes y las fuerzas leales al líder libio en el centro de la capital, según el canal de televisión qatarí Al Yazira, que precisa que los barrios de las afueras de Trípoli han sido "liberados" y las fuerzas del régimen se han retirado hacia Bab El Aziziya, el palacio-cuartel de Gadafi.
Además, las últimas informaciones de la oposición hablan de un rápido avance, apoyado por los bombardeos de la OTAN, de los rebeldes sobre la ciudad, donde se han abierto prisiones para liberar a presos políticos y que estos se unan a la batalla.
Según dijo a Efe el encargado de la seguridad del CNT, Fathi Baja, dos unidades de fuerzas especiales de los rebeldes, que se infiltraron anoche en la capital libia con el apoyo de la OTAN, han tomado el control de diversos puntos de la ciudad.
Añadió que los aviones de combate de la OTAN permitieron el avance de las fuerzas hasta el corazón de la ciudad, en una operación preparada con mucha antelación y que consiste en conseguir el control de los hoteles, los aeropuertos civiles y militares, las oficinas del primer ministro y los alrededores de Bab El Aziziya.
De acuerdo con esta fuente, la primera fase de esta operación había sido un éxito, los insurgentes habían tomado la base aérea de Matica y controlaban algunos barrios de la periferia de Trípoli.
Los rebeldes, según la cadena de televisión Al Yazira, han comenzado a llegar también a través del mar, procedentes de Misrata, a 200 kilómetro al este de Trípoli y principal enclave rebelde en el oeste del país, al tiempo que algunos milicianos se dirigen hacia la sede la radio estatal.
Mientras tanto, informó Al Yazira, la OTAN bombardeó hoy el cuartel general de Gadafi en Bab el Aziziya y el aeropuerto de Matica, donde fue detenido el coronel Al Jituni, considerado uno de los principales cargos militares vinculados al líder libio, y ocho de sus colaboradores.
Ante esta situación, en un discurso a la nación Gadafi instó a todos los libios a que "se unan a la batalla para impedir que el enemigo se haga con Trípoli".
Ordenó que se abran los depósitos de armas y arsenales de Trípoli a los ciudadanos para que defiendan la capital y llamó a "hombre y mujeres, a los comités revolucionarios a salir a la batalla en Tayura", barrio oriental de la capital que ya ha caído en manos rebeldes, según la oposición.
Gadafi, quien aseguró "no cederemos nunca, triunfaremos", acusó al presidente francés de haber promovido los bombardeos de la OTAN con el fin de "adueñarse del petróleo libio".
También el portavoz del Gobierno libio, Moussa Ibrahim, subrayó que millares de mercenarios y voluntarios están dispuestos a defender la capital.