Poco menos de dos minutos y medio han tardado los astados en completar los 850 metros que separan los corrales de Santo Domingo de la Plaza de Toros, en cuyo callejón se ha quedado tumbado un manso cuando ya los bureles habían entrado en el coso, mientras que otro buey se ha dado la vuelta en Mercaderes con los consiguientes sustos para los corredores.
Tras el puntual estallido del cohete, la manada ha partido de los corrales de Santo Domingo agrupada y encabezada por los mansos, aunque enseguida un toro negro se ha adelantado cogiendo la cabeza de una carrera que ha transcurrido limpia por este tramo, donde algunos corredores se han caído sin llegar a contactar con los animales.
Con este toro por delante, el grupo ha atravesado la plaza del Ayuntamiento y la calle Mercaderes, cuya curva de acceso a Estafeta han salvado sin chocar contra el vallado.
La longitud de este tramo ha propiciado un estiramiento de los animales, que a partir de este momento han continuado en dos grupos, el primero con dos toros negros y dos cabestros que han intercambiado su posición de cabeza en varias ocasiones.
El resto de los animales han cerrado la carrera, siempre de forma limpia y sin más incidencias que las caídas típicas de los corredores, dos de los cuales han tenido que ser trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra con diversas contusiones.
Ya en el coso, los toros han entrado en ese mismo orden en los chiqueros sin entretenerse en la arena ni causar problemas a los corredores, que han sido retenidos en el callejón por los pastores al haber quedado uno de los cabestros tendido en el suelo durante unos segundos.