En la mañana del miércoles, coincidiendo con la difusión de las primeras noticias relacionadas con las inundaciones de Málaga y la previsión de que esa misma DANA se dirigiera hacia la provincia de Cádiz, el Gobierno local daba a conocer el contenido del Protocolo de actuación ante fenómenos meteorológicos adversos, que anticipa las medidas que hay que impulsar frente a cada uno de los niveles de aviso fijados por la Aemet: amarillo, naranja y rojo.
Nosotros no tenemos ganas de complicarle la vida a los ciudadanos, porque hay cortes e incomodidades, pero nos sentimos obligados por el Plan de Emergencias y porque entendemos que es mejor prevenir que curar.Fue una especie de premonición, ya que apenas unas horas más tarde el Ayuntamiento activaba el Plan Territorial de Emergencias Local en Fase de Preemergencia y en Situación Operativa 0 tras recibir aviso de la alerta amarilla que, poco después, se convirtió en naranja. De hecho, esa “situación operativa” pasó a nivel 1 a medianoche “porque las previsiones de riesgo eran muy altas y se corría el riesgo de vivir problemas como hace dos semanas”, relataba a este periódico Ignacio Martínez, delegado municipal de Seguridad.
Martínez apenas pudo dormir una hora en el transcurso de toda la noche, ya que estuvo presente en todo momento en el Cecop de la Policía Local atento a la evolución de la DANA y los avisos que pudieran llegar al centro de control. “A las 5 de la mañana se registró la tromba más fuerte, pero a continuación hicimos revisión de todo por si se había producido alguna incidencia y ni los bomberos tuvieron que realizar salidas, ya que como algunas de las zonas con más riesgo de inundaciones ya estaban cortadas, había menos peligro”.
La Aemet había previsto que entre las 4 y las 7 de la mañana se viviría el momento más crítico, pero apenas se recogieron cinco litros. “En algunas de las previsiones que nos remitieron se hablaba de entre 30 y 70 litros, por lo que a la postre hay que mostrarse contentos porque no ha habido que lamentar algún incidente grave”, subrayaba el delegado.
En cualquier caso, Martínez defendía ayer las decisiones adoptadas, empezando por el cierre de los colegios: “Era aconsejable porque a la hora de entrada en clase era cuando estaba prevista una gran caída de agua. Al final ha sido una decisión inteligente, más allá de que cuando has visto cómo se desenvuelve todo no ha sido tanta el agua que ha caído, pero eso no podemos saberlo, ya que son previsiones y tenemos que tomar las medidas con responsabilidad”.
A tenor del debate abierto sobre las medidas decretadas después de una jornada con mucha menos lluvia de la esperada, el delegado sí invita a hacer una reflexión: “Nosotros no tenemos ganas de complicarle la vida a los ciudadanos, porque hay cortes e incomodidades, pero nos sentimos obligados por el Plan de Emergencias y porque entendemos que es mejor prevenir que curar. Ante una situación como ésta que no sabemos cuánta agua va a caer o qué problemas va a provocar, es preferible tomar las medidas, con la ventaja además de que ha sido durante la noche y se reducen las molestias. Pedimos disculpas por las incomodidades, pero estamos obligados a hacerlo, porque peor es después tener que lamentar cualquier tipo de daño”.
A este respecto, agradecía igualmente a la ciudadanía que se haya comportado “de forma magnífica, ya que han cumplido todos los requisitos que se pedían y no ha habido incidencias”.
