Los hermanos penitentes y costaleros, y todos los integran el cortejo comprendieron la situación y, aunque la tristeza fue la nota predominante en la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, nadie cuestionó la decisión.
Ya el Jueves Santo, la Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista, que salió solo para cumplimentar la estación de penitencia en la Parroquia de San Juan Bautista, tuvo que quedarse dentro de la Iglesia Mayor ante la lluvia de la madrugada del Viernes Santo.
A las cinco de esta tarde de hoy, Domingo de Resurrección, si el tiempo lo permite, se procederá al traslado del Nazareno y la Virgen de los Dolores a su sede canónica de la iglesia del Convento de las Madres Agustinas Recoletas.
También la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, María Santísima del Mayor Dolor y Evangelista San Juan optó en la tarde del Viernes Santo por realizar solo la estación de penitencia ante las inclemencias meteorológicas. Al regreso a su templo, la lluvia mojó al misterio en la calle Santo Cristo sobre las 21.20 horas.
En la plaza del mismo nombre, cuando ya había escampado, falló el mecanismo por el que se baja la Vera Cruz para que pueda pasar por la puerta de la iglesia. Solventado el bloqueo del mecanismo y bajada la cruz, el Santo Cristo pudo entrar en su templo sobre las 21,30 horas, justo cuando volvía a llover. Los hermanos cerraron inmediatamente las puertas para evitar que el público entrase y tocara la canastilla, lo que hubiera provocado el desprendimiento del pan de oro húmedo por la lluvia que le había caído.
Lamentando que la Soledad se quedara sin procesionar, el mundo cofrade chiclanero se da por satisfecho, dado que, a pesar de las constantes amenazas de lluvia durante toda la Semana Santa excepto el Domingo de Ramos, el resto de hermandades pisó la calle dignamente.