Los organizadores del encuentro alternativo, toda una tradición ya en la primavera sevillana, no se atrevían a dar una cifra exacta de asistentes. Harán balance durante esta semana, y parece que será positivo. “Las cifran habrán aumentado (el año pasado hubo 7.000 asistentes), sobre todo porque el viernes, que siempre ha sido el día más flojo, se duplicó el número de personas”, según explicó a Viva Sevilla Lorenalis, portavoz de la asociación Bardaleros, de la Sierra de Aracena (Huelva), organizador del evento.
“Vengo todos lo años y suelo aprovechar y comer siempre algo de los puestos de comida biológica”, explicó Damián, que este año sólo ha podido asistir el último día.
Pero si algo no ha gustado en esta edición, ha sido la nueva ubicación, dentro del Alamillo, en la zona que hay justo frente a la Facultad de Ingenieros, donde hay una gran explanada de césped seco y sin árboles.
“Hacía un calor insoportable. Creo que donde se ponía antes estaba mucho mejor”, se quejaba Rodrigo, un asistente. Ayer, a las tres de la tarde, apenas diez personas bailaban frente al escenario. El resto buscaba cobijo en la sombra de los árboles más próximos.
“No era la mejor ubicación, pero ha tenido cosas buenas, como que los 121 puestos de comida y artesanía (casi diez más que el año anterior), estaban todos situados en la misma zona”, según explicó la portavoz.
