La corrupción en el país magrebí ocupa una parte “no desdeñable” de los cables de la diplomacia estadounidense procedentes de Marruecos filtrados por WikiLeaks y en los que se señala que es una “práctica extendida”, afirma el vespertino francés.
“Afecta tanto a los civiles como a los militares, ignora las clases sociales y alcanza hasta al Palacio Real”, escribe en su publicación Le Monde, que se hace eco de la experiencia de un empresario extranjero con interés en invertir en un proyecto inmobiliario.
Ese empresario, del que no se da el nombre, sufrió las consecuencias del retraso del proyecto, para el que contaba ya con financiación, e ignoraba las causas del aplazamiento hasta que una compañía, “vinculada al Palacio Real”, le comunicó que éste tenía especial interés en que se contara como socio a la sociedad marroquí.
El diario francés Le Monde continúa: el empresario extranjero rechazó la propuesta, pero aceptó posteriormente –después de meses de bloqueo del proyecto– intermediar entre la firma marroquí e inversores de un país del golfo Pérsico.
En el mismo cable se cita a un hombre del mundo de las finanzas que asegura a su interlocutor que en Marruecos “las grandes decisiones de inversión (refiriéndose a las privadas)” necesitan del visto bueno de tres personas “con una posición de privilegio en el corazón de la monarquía marroquí”.