Son dos mujeres jóvenes, llegaron a San Fernando huyendo de un destierro familiar por ser lesbianas. Les han pegado, han intentado abusar de una de ellas, pero mientras que esta sociedad apenas si las mira… duermen en la calle y casi nadie les hace caso. Sueñan con algo tan simple para la mayoría como cerrar la puerta de su casa y que nadie las moleste ni les intenten hacer más daño, pero mientras que ese deseo se convierte en realidad, tienen que seguir aguantando el frío, la humedad y la lluvia… Tienen miedo, una de ellas está enferma. Su caso, es el reflejo de otros muchos que aún en el año y en el país en el que vivimos, siguen durmiendo en la calle.