El hábito de ir a la playa para tomar un baño de mar tiene su origen en la antigüedad griega donde ya practicaban los baños como beneficio para la salud. Sin embargo, poco heredaron en la Edad Media donde los baños y la higiene brillaban por su ausencia ya que estaba mal visto por la Iglesia. No fue hasta el siglo XVII cuando los baños empezaron a extenderse por Europa.
Hoy la acádemica y Doctora en Filología Clásica, María Elena Martínez, ha hablado de los conocidos Baños de Ureña ubicados en el Zaporito donde las clases adineradas acudían en la segunda mitad del siglo XIX y hasta el siglo XX como forma de sucumbir la calor en la época estival.