“Seguimos teniendo esperanza, pero asumimos que la mitad están muertos o nunca serán encontrados”, aseguró ayer a Efe el jefe de operaciones de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres en Sumatra Occidental, Ade Edward.
El funcionario explicó que, de las 303 personas de las que no se sabe nada desde el seísmo del pasado lunes por la noche, entre 100 y 150 probablemente sigan vivos y se hayan refugiado en zonas altas por temor a otra ola.