Como se recordará, la planta de Artenius se encuentra inmersa en una ampliación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que finalizará el próximo 1 de septiembre sus seis meses de prórroga.
En principio, La Seda tiene previsto “desinvertir” en la fábrica sanroqueña para lo que cuenta con al menos tres ofertas sobre la mesa. Esta situación de venta se repetirá en otras plantas de la compañía como las de Sines y Portalegre (Portugal) y Acerra (Italia).
En cualquier caso, fuentes de la empresa catalana confirmaron ayer que en las negociaciones se está dando parte al Gobierno andaluz, toda vez que se especula que el nuevo inversor que se haga cargo de la fábrica de PET pueda disponer de incentivos procedentes de la Junta.
Desde La Seda se guarda hermetismo sobre la evolución de las negociaciones, si bien los planes de saneamiento de la compañía marcan una ineludible venta. Una situación que se completa con la obligatoriedad suscrita en el ERTE por la cual la empresa deberá primar el traspaso al cierre.
Eso sí, desde la parte social se indica que se espera que las negociaciones culminen cuanto antes. Los trabajadores aseguran que “por la cuenta que les trae deberán cerrarlo antes del 1 de septiembre. La parte social tenemos claro que el día 2 estaremos en el puesto de trabajo. Con nosotros no van a contar para más expedientes de regulación con lo que, si no venden antes, tendrán que ir endeudándose con el pago de salarios”.
Grupo La Seda
El Grupo La Seda prevé alcanzar unas ventas que se aproximarán “a los 1.000 millones este 2010 y un resultado bruto de explotación (Ebitda) que oscilará entre los 61 y 66 millones, frente uno negativo de 67 millones en 2009”, después de que “la racionalización de la actividad llevada a cabo por la compañía y la clara mejora de la demanda en Europa han impulsado la mejora de la cuenta de resultados”.
De esta forma, la facturación de 1.000 millones, supondrá un crecimiento del 16%. A esto se suma la apuesta de La Seda por centrarse en productos de mayor valor añadido, consolidar su posición en los mercados de packaging (envases), resina PET y PET reciclado, y abandonar la producción de materias primas como PTA y el glicol “por su carácter cíclico de commodity”.
En cualquier caso, la pervivencia de la compañía depende de la ampliación que lleva a cabo por 300 millones de euros, necesarios para completar su reestructuración y apuntalar su nueva estrategia. Para ello, emite 3.000 millones de títulos, con lo que engordará su capital de los 62,7 millones actuales a los 362,6 millones.
La respuesta bursátil a la ampliación de capital ha sido positiva ya que la empresa ha acumulado una subida de más de un 30% del valor de las acciones ya que se entiende que no habrá problemas para culminar la operación.