¿Qué pasa con los buques de la Armada cuando acaba su vida útil?. La mayoría acaban en el desguace, algunos, los menos, se convierten en museos, y otros pueden servir de blanco en ejercicios de las Fuerzas Armadas para terminar sus días hundidos en el fondo del mar como refugio de corales y peces.
Este último ha sido el destino del Martín Posadillo, hundido en aguas al suroeste de El Hierro con misiles y bombas. Este buque de transporte, de 2.300 toneladas y 75 metros de eslora, dado de baja, fue el blanco en el ejercicio Sinkex-23 el pasado 29 de junio, que presenció el Rey Felipe VI.
Los ejercicios Sinkex, habituales en todas las marinas de nuestro entorno, tienen como objetivo probar sistemas de armas con fuego real en los que se persigue el hundimiento de buques u otros blancos a flote.
Las embarcaciones se someten a un proceso de descontaminación para que los restos hundidos no tengan efectos medioambientales, aseguran a EFE fuentes de la Armada.
1991: DESTRUCTOR CHURRUCA, PRIMER BARCO HUNDIDO CON FUEGO REAL
El 12 de diciembre de 1991, el destructor Churruca, construido en 1941, sirvió de blanco para que el ejército probara por primera vez sus armas más modernas contra buques de superficie: misiles superficie-superficie Harpoon, misiles antiaéreos y bombas láser lanzadas por los aviones F-18.
Era la primera vez que la Armada española hundía con fuego real una embarcación obsoleta en lugar de desguazarla en los astilleros.
El barco, que participó en la II Guerra Mundial y en la década de los 60 fue cedido por Estados Unidos a España, había sido dado de baja dos años antes de su hundimiento.
Había sido preparado para aguantar el fuego a flote y se le había dotado de una boya, además de eliminarle el combustible y el fluido eléctrico y de cerrar todos los compartimentos y puertas.
El bombardeo, que se realizó a unas 200 millas al levante de la isla de La Palma, formaba parte de las maniobras aeronavales Sinkes-91, en las que participaron unidades navales, aviones y unos 2.000 hombres.
Al Churruca siguió un año después la corbeta Princesa, dada de baja en 1991 y hundida el 17 de septiembre de 1992, cien millas al noroeste de Ferrol en el ejercicio Sinkex-92 como buque objetivo.
En el hundimiento participaron aviones, helicópteros y se lanzó una amplia gama de misiles, cohetes y bombas de muy diverso tipo. El disparo de dos misiles Maverck fue decisivo para la destrucción del blanco.
El aljibe A-61 (antes llamado Contramaestre Castelló), el buque Cíclope, el Cartagena, el Ferrol o las fragatas Cataluña y Andalucía también acabaron en el fondo del mar como arrecifes artificiales en sucesivos Sinkex.
AL DESGUACE O ACABAR COMO MUSEO
Lo buques dados de baja también pueden ser sometidos a un proceso de enajenación, a través de una licitación pública, y acabar en manos de oro país o de una empresa para convertir la embarcación en chatarra.
Aunque menos habitual, otro de los destinos es servir de ornamentación mediante un acuerdo o convenio de la Armada con el correspondiente organismo solicitante.
Ejemplo de ello es el submarino S-61 Delfín, de la clase "Daphne", convertido en Museo Flotante, con base en el puerto de Torrevieja (Alicante).
El 4 de febrero de 2004, los entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y alcalde torrevejense, Pedro Angel Hernández Mateo, firmaron el convenio de cesión de este submarino, de 57,8 metros de longitud y de 6,8 de anchura, que prestó servicio a la Armada entre 1974 y 2003.
Fue el primer convenio de esas características suscrito en España, que tenía como objetivo, según Trillo, avanzar en la "cultura de la defensa".
Recientemente ha arrancado la iniciativa para convertir el submarino S-62 Tonina también en un buque-museo visitable en Cartagena, cuyo proyecto fue presentado el pasado mes de marzo, con un presupuesto de más de tres millones de euros y basado en el concepto de colaboración público-privada.
Se trata de un sumergible diesel-eléctrico de la clase Delfín, que fue utilizado por la Armada española entre los años 1973 y 2005, que se exhibirá en seco en la plaza de la Marina Española (plaza del antiguo CIM), en el entorno del Museo Naval y se colocará en paralelo al submarino de Isaac Peral.
Una comisión de seguimiento de Defensa con el Ayuntamiento de Suances y la asociación de veteranos Trozo Cultural está estudiando la cesión del patrullero Infanta Elena al ayuntamiento cántabro.
Este barco, dado de baja del servicio activo en junio de 2021, se ubicará en la ría de Requejada y se acondicionará como museo.
También el Ayuntamiento de Benidorm (Alicante) ha solicitado la cesión de un submarino para ponerlo en tierra como museo. Está en estudio la viabilidad técnica del proyecto.
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Cuando el blanco a hundir es un buque en desuso
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