La nadadora castellonense Lidón Muñoz, que logró licenciarse en medicina al mismo tiempo que asistió a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y que recientemente superó el MIR, asegura que tuvo que vivir casi sin descanso para estudiar y preparar la cita olímpica.
“Ese proceso me definirá para siempre. Ha sido complejo, pero también muy ilusionante porque eran dos cosas que quería mucho y me ilusionaban. Disfrutaba mientras las preparaba, aunque en muchos momentos se solapaban y debía tener una organización impecable, ser muy previsora y saber qué priorizar en cada momento”, explicó en una entrevista con la Agencia EFE.
Muñoz, de 27 años y que ha sido más de 85 veces campeona de España absoluta en las pruebas de 50, 100 y 200 metros libres, 50 espalda, 50 mariposa, 100 mariposa, 100 estilos y relevos, catalogó de “máximo éxito” el proceso porque pudo competir en los Juegos Olímpicos, licenciarse en medicina, sacar buena nota en el MIR y elegir la especialidad en el hospital que quería (digestivo en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona).
“Era un ritmo de vida muy intenso. Mi día empezaba a las cinco de la mañana, entrenaba desde las 5:45 hasta las 8 horas, desayunaba en el camino en el coche para ir al hospital a hacer la parte presencial y después volvía para comer y entrenar a las 14:45. Sobre las seis y media terminaba y a partir de ahí era el tiempo que tenía para estudiar”, indicó.
“Si quieres estudiar y competir al máximo nivel es lo primero que hay que aceptar: vas a vivir sin casi descanso ni tiempo libre. Tiene que estar todo muy pensado y estudiado para no ir a remolque. El mayor reto fue ajustar la intensidad del estudio y del entrenamiento depende de la temporada”, explicó la nadadora del Club Natació Sant Andreu.
Además, Muñoz reconoció que se pasó en la intensidad del estudio. “No me permito presentarme a algo sin haber hecho todo lo que estaba en mi mano y me agoté mentalmente. La materia que mis compañeros estudiaban en una semana yo la estudiaba en mucho menos tiempo. Hubo un día que estudié doce horas en una intensidad que no había estudiado nunca y por la noche no podía ni articular palabra”, dijo.
“Organicé la universidad en función del ciclo olímpico, queriendo respetar al máximo ese año de preparación y lo pasé realmente mal porque era demasiado. Había ajustado mal ese año porque me matriculé de un curso entero y he ido aprendiendo a plantear y cuadrar cada año las dos cosas”, agregó la deportista del Proyecto FER.
Pero Muñoz incidió en que sin la ayuda de su ‘tutora esport’, una figura que le consta que no está tan implicada en otras facultades, hubiera sido mucho más complicado y, pese a la dificultad, recomendó estudiar mientras eres deportista de élite.
“Soy más que una máquina de dar brazadas, valemos más que eso. Si un deportista se mete mucho en su deporte y no sabe salir de ahí puede ser hasta peligroso. El deporte hay momentos que te exige demasiado y tienes que ser consciente que por fallar no es que no valgas, es normal. Es bueno tener otro soporte además de la familia y los amigos”, apuntó.
La nadadora castellonense también apuntó que “los deportistas de élite que quieran tener carrera universitaria deberían tener el derecho de exigir facilidades para poder cumplir con el programa docente que se propone. No tenemos que pedir que nos bajen el nivel del programa educativo, me quiero formar igual, simplemente adaptar los horarios”.
“Estaría bien tener no solo una figura de nexo con la universidad, sino con las federaciones o con el Consejo Superior de Deportes o un texto en el Boletín Oficial del Estado que lo avale para poder recurrir a algún tipo de ley que diga que el deportista tiene derecho a hacer el examen en otro momento. Había profesores que no lo entendían”, opinó.
El objetivo de la nadadora castellonense este año era clasificarse para el Campeonato del Mundo, que se disputará en Japón, pero no pudo prepararlo bien por el MIR. “Me presenté al Campeonato de España habiendo entrenado ocho semanas, fui sin presión, y lo disfruté mucho, quedé campeona en 50 libres y me hizo mucha ilusión”.
“En el Mare Nostrum intentamos por qué no hacer la mínima del Mundial, pero no pude y no me lo voy a reprochar porque hicimos todo lo que pudimos. Este verano no tendré competición internacional pero eso no quiere decir que no vaya a aprovechar el tirón. No parto desde cero, llevo todo el trabajo desde enero y creo que a partir de ahora voy a encontrarme mucho mejor, más en forma, y tenemos más opciones”, finalizó.