Ya la semana próxima, el día 8 de junio, aunque también estarán instalados hasta las 18.00 horas, sólo se asentarán 150 de los puestos que habitualmente tienen su sitio cada semana.
Por lo que se refiere al próximo martes, día 15 de junio, serán los otros 150 puestos restantes los que serán ubicados en el Llano Amarillo.
Como adelantó en su momento este diario, esta decisión se debe a la necesidad de ser utilizada parte de la zona que ocupa el mercadillo en el Llano Amarillo por la conocida como Ciudad de los Feriantes, con motivo del inminente inicio de la Feria Real de Algeciras.
Malestar
Por su parte, entre los vendedores ambulantes se mantiene el malestar por esta decisión del Ayuntamiento. Uno de los comerciantes, José Llaves, considera que la decisión de montar alternos los vendedores “puede que beneficie a las ventas ese día cuando se reduzcan a la mitad los puestos, pero los 150 restantes dejarán de verder y no nos compensará que podamos estar por las tardes y montar”, aseveró.
Además recordó que, en su momento “propusimos a la concejala de Mercados, Rosario Espejo, la posibilidad de que estuviésemos, a primeros de mes, hasta las 18.00 horas durante todo el año, con el fin de que nuestras clientas que trabajan tuviesen la oportunidad de acercarse al mercadillo”. Sin embargo, “en aquel momento se nos dijo que no era posible” pero “ahora, como les interesa a ellos, han decidido establecerlo de esta forma”. “Esto es una dictadura de guante blanco”, añadió.
Emplazamiento fijo
Mientras tanto, los vendedores ambulantes insisten en la necesidad de buscar un emplazamiento “fijo y definitivo” al mercadillo.
“Si surgen problemas los van solucionando por el camino no piensan en que somos 300 autónomos que necesitamos de un sitio fijo y estable, porque todos somos andaluces y pagamos como autónomos, mientras cada vez les dan más cancha a los chinos y el dinero se lo llevan para su país”, destacó.
Y es que Llaves afirmó que el colectivo al que representa “sufre las consecuencias de las tiendas de los chinos” mientras que “la crisis se nota entre nosotros porque entre un 70 y un 80 por ciento de mis compañeros están vendiendo oro, sacando pólizas y ampliando hipotecas, cuando lo único que reivindicamos es trabajar”, concluyó.