Los resultados de estas investigaciones, a cargo de Joaquín Obando e Inmaculada Robles, responsables del programa de deshabituación tabáquica de este centro, concluyen que el tabaquismo es un factor predictivo de la calidad de la dieta.
En concreto, los casos analizados dentro de este programa indican, sobre todo en la población femenina, que el consumo de cigarrillos se asocia a prácticas inadecuadas como comer deprisa mientras se realizan otras actividades; picotear entre comidas, fundamentalmente frutos secos y chocolate, y a una ingesta reducida de frutas y verduras y elevada de carnes rojas.
Los facultativos también han identificado entre las mujeres que la motivación para dejar de fumar se relaciona directamente con su confianza en la capacidad para controlar su peso cuando abandonen el tabaco.