Pere Navarro se referió a este asunto en un desayuno informativo, al que asistieron representantes de diversos sectores relacionados con el tráfico, y en el que fue presentado por el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, con quien comenzó la tramitación del carné por puntos.
Ese límite del número de radares tendría que estar vinculado a la longitud de la red viaria, al número de kilómetros de carretera, una proporción que ahora están analizando los expertos que aconsejan que el incremento se haga “poco a poco, con una cierta lentitud para poderlo ir asumiendo”.
No se puede continuar poniendo radares “indefinidamente”, a juicio de Navarro, que se inclina por la idea de fijar ese límite y, en un momento dado, si se necesita en un determinado sitio quitarlo de otro.
Esos radares fijos, según Navarro, se tienen que colocar, para justificar su inversión, en carreteras principales con una cierta intensidad circulatoria, por encima de los 6.000 vehículos, de ahí que lo aconsejable sea colocarlos móviles, de la Guardia Civil, en muchas carreteras secundarias.
En las previsiones de Tráfico, según Navarro, no está la de aumentar los ingresos por sanciones, una vez que entre en vigor en su totalidad la reforma del procedimiento sancionador, que “no sube las multas”, y el montante de las mismas seguirá siendo destinado a financiar programas y actuaciones de prevención de accidentes, “no para subvencionar víctimas, propiamente dicho”.
Navarro hizo referencia a otras cuestiones de la seguridad vial, como al incremento del número de agentes –se ha pasado de 8.000 guardias civiles a 9.800– o al núcleo duro de la accidentalidad: velocidad, casco, cinturón y alcohol.
“Tenemos un problema con el alcohol”, según Navarro, quien precisó que el año pasado se detectaron unas 102.000 alcoholemias y se abrieron 17.000 diligencias.
En la Dirección General de Tráfico están satisfechos con el funcionamiento de la Justicia, que ha visto multiplicar sus procedimientos a raíz de la reforma del Código Penal, y están convencidos de que “ahora se cumple la ley” y que se ha producido un cambio de los conductores “a comportamientos más seguros”.
No obstante, a pesar de esa mejoría, hay unos 15.000 conductores que pierden al año su permiso por la pérdida de puntos, un 0,06% del total de conductores.
Pero “estamos en mínimos históricos de fallecidos” en las carreteras, según ha recordado Navarro, quien recalcó que el año pasado murieran 2.000 personas menos en las carreteras desde la entrada en vigor del carné por puntos. Antes de que lo hiciera, morían en la carretera cada día 11 personas, ahora la proporción es de 5,2 personas diarias.
Navarro mostró su preocupación por los accidentes in itínere (en el trayecto entre el domicilio y el trabajo) que se registran al año, más de 81.000 (224 al día), y por ello cree que “ahora toca incorporar la política de seguridad vial a las empresas”.