Así lo ha manifestado a Efe el responsable de la unidad de delitos informáticos de la Guardia Civil de Granada, quien ha explicado que las estafas suelen darse sobre todo en las compras entre particulares, en las que se llegan a ofertar para su adquisición por la red vehículos, caravanas “y hasta caballos” a precios muy inferiores a su valor real, lo que los hace atractivos.
En la compra de este tipo de productos se han llegado a pagar hasta 7.000 y 8.000 euros por adelantado, según la Guardia Civil.
Una modalidad de estafa habitual es la conocida como fishing, que consiste en hacerse por distintos métodos con la cuenta de un usuario, cuyo dinero traspasan a otra cuenta a través de una tercera persona a la que captan en la red y que, a cambio de una comisión, envía la cuantía económica a donde los cabecillas ordenen.
También se han detectado últimamente casos relacionados con la clonación de tarjetas, modalidad que se conoce como carding.
Según el responsable de esta unidad, que ha pedido guardar el anonimato, las denuncias por estafas en la red se han “disparado” en los dos últimos años, lo que a su juicio puede estar relacionado con la actual crisis económica, porque delinquir de esta forma, dice, es “sencillo” y en ocasiones basta con ofertar un producto irreal entre gente “de buena fe” que se fía y envía el dinero por adelantado.
El perfil de las víctimas de estafas por internet se corresponde con el de una persona –hombres y mujeres en igual medida– de entre 20 y 40 años y un nivel adquisitivo medio.
Dar con los autores de este tipo de estafas es “complicado”, especialmente una vez que el dinero defraudado se ha enviado fuera de España, lo que dificulta las labores para seguir su rastro.
Según la Guardia Civil, las denuncias por estafas han pasado a encabezar las modalidades delictivas en la red desplazando a otras como las relacionadas con el consumo de pornografía infantil.
Otra modalidad en alza son las injurias vertidas en foros de internet con el ánimo de venganza, que se dan tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Se trata en su mayoría de empresas que denuncian ser objeto de calumnia por parte de ex empleados o trabajadores despedidos que por despecho utilizan información confidencial para pasarla a la competencia, entre otros casos.