Un proyecto protegerá el sistema histórico de regadío de Cáñar

Un proyecto del consorcio europeo LifeWatch permitirá estudiar y mejorar el sistema histórico y tradicional de riego del municipio de Cáñar (Granada), además de promover otros usos compatibles y sostenibles como el ecoturismo.

La iniciativa, impulsada por la Diputación de Granada y el Laboratorio de Arqueología Biocultural de la Universidad de Granada (MEMOLab), tiene por objetivo promocionar las investigaciones, desarrollos tecnológicos e innovaciones con impacto en los sectores económicos y sociales de los municipios del entorno de Sierra Nevada.

El Ayuntamiento de Cáñar y la Comunidad local de Regantes han firmado este martes el convenio administrativo que permitirá mejorar la capacidad de resiliencias de los agrosistemas tradicionales a través de la recuperación de los sistemas históricos de regadío, ha explicado la diputada de Medio Ambiente, María del Carmen Fernández.

Este proyecto también pretende promover valores paisajísticos y otros relacionados con la producción, la gastronomía local, y la mejora de condiciones y rentas de los regantes y la comunidad.

El convenio incluye medidas de recuperación de antiguos careos, la creación de senderos culturales por las acequias, la potenciación del voluntariado y el desarrollo de un plan de gestión específico para el reconocimiento y apoyo de los sistemas tradicionales de regadío.

Según el coordinador de MEMOLab, José María Martín, este convenio formaliza el reconocimiento de las instituciones públicas a la importancia del regadío tradicional e histórico del municipio.

Por su parte, el presidente de la Comunidad de Regantes, Cayetano Álvarez, ha señalado la importancia del mantenimiento de las acequias de careo para el abastecimiento de agua.

Los sistemas de riego tradicional e histórico son un elemento de patrimonio cultural, ambiental y social de Andalucía amenazados por la despoblación rural, la tecnificación e intensificación de la agricultura.

Estas amenazas, advierten los expertos, ponen en peligro el patrimonio y agravan problemas como la desertificación, la dependencia tecnológica, el cambio climático o los incendios.