El Málaga ya tiene a su seguro de vida en portería. Manolo Reina ya habla como blanquiazul, porque nunca dejó de serlo. Veterano de mil batallas y con cinco ascensos a sus espaldas, no viene a la capital a retirarse. "Tengo 37 años y más ilusión que los chavales de 20. Al final es venir con ganas de trabajar y nada más. Si viniera a retirarme, me tumbaría en las hamacas en la casa de mi campo. Ni me lo he pensado".
"Soy portero y tengo que parar, para eso me han fichado. Intentaré aconsejar y guiar a todos. La ilusión de los chavales ya la ves: empezaban a entrenar antes. Tenía muchas ganas de trabajar, pregunté si me podía unir a ellos".
Para Reina ha sido una decisión muy fácil. "Tenía muchas ganas de venir desde el año pasado. Se había acabado un ciclo en el Mallorca, y el único sitio en el que me hacia ilusión jugar era en el Málaga. Voy a intentar estar a la altura del club y que la afición luego juzgue lo que tenga que juzgar".
"No podemos pedirle nada a la afición. Hay que darlo todo y ellos van a estar con nosotros", decía dirigiéndose al malaguismo. Quiso dejar claro su compromiso con el club que lo hizo debutar en Primera en 2006, en un Málaga 0-0 Valencia. Ahora tendrá dos temporadas (hasta 2024) para demostrar que aún le queda mucho fútbol en sus guantes.
Preguntado por la posibilidad de que sea uno de los capitanes, confesó que aún no le habían comunicado nada al respecto. "Tengo una trayectoria muy larga y he sido capitán varas veces. Pero lo importante es ser ejemplo. Cuando llevas tantos años como profesional es porque haces las cosas bien".