El trato ambiental que se respiró en la emblemática entidad, tras llevarse a cabo dicho requisito, era cordial y de armonía entre ambas juntas directivas. Por lo que Ramírez declaró a EL FARO que “la directiva saliente ha sido todo caballerosidad y la entrante también”.
En el Salón Noble, lugar de interesantísimas tertulias diarias, compuestas por un distinguido número de socios de diferentes clases sociales, económicas y políticas de la ciudad, fue comentado el grado de cordialidad alcanzado por ambas directivas.
La situación chocó por diferente de cuando Emilio Herrera tomó posesión hace tres años, ya que la junta directiva saliente presidida por entonces por Francisco Moya, dejó mucho que desear hasta el punto, que el acta de entrega con enmiendas y tachaduras que presentó la junta directiva de Moya, ha permanecido expuesta desde entonces y hasta hace pocos días, en el tablón de anuncio interno de la sociedad.