La temporada 2022/23 del Unicaja terminó con derrota, sin ningún objetivo cumplido y con demasiadas decepciones por el camino. El último tropiezo ante el Breogán, que significó el sexto partido seguido sin ganar del Unicaja en Liga ACB, supone despedirse con el peor balance de los últimos 30 años: 60,8% de derrotas en una Liga ACB donde se ha terminado duodécimo con 13 victorias y 21 derrotas.
Este lunes, los jugadores e Ibon Navarro se han visto en el Carpena con el presidente, Antonio Jesús López Nieto; el director deportivo, Juanma Rodríguez y el gerente del club, Francisco Sáez, para hacer un balance muy negativo de la temporada. No hubo comida del equipo, como tradicionalmente se hace, sino más bien una despedida. Y es que son muchos los que estos días han vestido la camiseta del Unicaja por última vez.
Los jugadores tendrán permiso de vacaciones en los próximos días y la continuidad de la mayoría de ellos sigue en duda. Matt Mooney, Cameron Oliver y Dejan Kravic, los últimos en llegar, serán los tres primeros en irse. Acaban contrato, como otros muchos jugadores a excepción de Darío Brizuela, Alberto Díaz, Jonathan Barreiro y Yannick Nzosa. Se espera una auténtica revolución de la plantilla, aún con la falta de oficialidad de la continuidad de Ibon Navarro en el banquillo.
Ibon Navarro, ¿se queda?
El técnico vitoriano llegó al club de Los Guindos en un marrón deportivo latente. El Unicaja de Fotis Katsikaris no dio para más, y con el previo paso fugaz de Ángel Sánchez-Cañete en aquella derrota en Ucrania ante el Prometey, el club se encomendó al que fuera técnico de Morabanc Andorra, equipo que ha acabado descendiendo a LEB Oro. Ibon Navarro debutó con derrota ante el Real Madrid, pero consiguió darle otra frescura al equipo. El tiempo ha jugado en su contra y tras una racha de cinco victorias en seis partidos, vino la catástrofe de esa recta final.
Sus métodos de trabajo, su experiencia en el baloncesto nacional pese a su juventud (45 años) y la desventaja que supone entrenar a una plantilla descompensada, lastrada y que no dio más de sí, pesan para darle una oportunidad en un proyecto desde cero. Sin embargo, sus malos números (de 13 partidos, ha perdido siete) pesan en negativo. Por contrato tiene otro año, pero el club puede rescindirle indemnizándole si lo cree oportuno. Si todo sigue su curso, será el líder del Unicaja de la siguiente temporada.