El Viernes Santo es una de las más típicas e intensas conmemoraciones del cristianismo. Es el sexto día de la Semana Santa y en él se evoca la cruxifición y muerte de Cristo, Jesús de Nazaret.
Una jornada de luto donde el Cristo de la Buena Muerte, una de las imágenes más conmovedoras de la Semana Santa de Cádiz, procesiona desde la Iglesia Conventual de San Agustín en un recorrido que se le prepara de la manera más austera, apagando las luces y silenciando el sonido de las voces.
Siete Palabras y Expiración
El Viernes Santo se estrenaba a primeras horas de la tarde en el barrio de Santa María desde dos puntos diferentes. En La Merced, donde a las 17.40 horas salía la hermandad mercedaria de las Siete Palabras y en el convento de Santa María, desde donde veinte minutos después comenzó a salir la Cofradía de Expiración. Una hermandad ésta última que, aunque tiene su sede canónica en la Iglesia del Santo Ángel Custodio, lleva varios años saliendo desde dicho barrio flamenco por motivos de obas en su sede.
La cofradía de las Siete Palabras salió a los sones de cornetas y tambores, mostrándonos el nuevo paso que está todavía sin tallar y en el que este año se estrenaban unos nuevos apliques en bronce en la parte delantera del canasto. Tras la Marcha Real, el único paso de la corporación comenzó a transitar por las calles Merced, Plaza de las Canastas, Jesús de la Sentencia, San Juan de Dios, Pelota, Marqués de Cadiz, Ruiz de Bustamante, Cobos, Cristobal Colon, Nueva Plaza San Juan de Dios, Pelota, Plaza Pio XII, (Estación de Penitencia en la S.I.C.), Arquitecto Acero, Plaza de Pío XII, Compañía, Santiago, Plaza Candelaria, Montañés, Palillero, Novena, Barrie (Dcha.), Valverde, Beato Diego de Cadiz, Rosario, Marqués de Valdeiñigo, San Francisco (Dcha.), Plaza San Agustín, San Agustín, Nueva, Plaza San Juan de Dios (Centro), San Juan de Dios, Jesús de la Sentencia, Plaza de las Canastas, Merced, a su Templo.
Mientras, y casi de manera simultánea, desde Santa María, Expiración vivía el que posiblemente será su último año en el exilio. Juan Manuel Díaz González daba el toque de martillo y el paso comenzaba a descender por la rampa, mientras la astigitana Agrupación de Nuestro Padre Jesús Despojado entonaba la Marcha Real.
Sobre el paso del crucificado podía apreciarse la acertada restauración a la que ha sido sometido el escudo frontal del canasto, candelabros de guardabrisas, así como los nuevos faldones que lucía el señor. Recorrido brillante, sin incidencia destacable con momentos muy emocionantes en su llegada a la Plaza de la Catedral con la marcha El Padre de José M. Sánchez Martín, estrenada en Jaén en la presentación del VII trabajo discográfico de esta agrupación La Profecía.
Dulce y delicioso para los sentidos fue contemplar el discurrir de la Virgen de la Victoria por las calles de la ciudad a los sones de Banda de música Nuestra Señora de la Amargura, Sociedad Filarmónica también de la capital jiennense. Especialmente en su entrada en la plaza del palillero a los sones de Esperanza de Vida.
Descendimiento
Desde San Lorenzo, Descendimiento seguía adaptándose a su novedosa salida en el Viernes Santo como ya lo hacía en los años ochenta tras salir en la Madrugada. Eran las 18.45 horas cuando se abrían las puertas y el cortejo negro salía a las calles contagiando su austeridad a un público respetuoso y expectante. Una chica como muñidor anunciaba a toque de campana la llegada del misterio que representa la bajada por Nicodemo y José de Arimatea del cuerpo del Señor de la Santa Cruz.
Momentos previos a la salida, el hermano mayor recodó la figura del periodista Juan Manzorro, hermano de esta cofradía y habitual narrador de la salida con su micrófono de Canal Sur Radio. Su mujer, la también periodista, Mónica de Ramón, estuvo presente mientras el misterios abandonaba la Iglesia y se dirigía por la calle Sagasta a Hospital de Mujeres, camino a Catedral.
Buena Muerte
180 nazarenos poblaban el cortejo de la Buena Muerte, que salía a las 21.25 horas desde el Convento de San Agustín. La talla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte es obra anónima que data de 1648. Fue restaurado por José Miguel Sánchez Peña en 1986 y 2010. Por su parte, María Santísima del Mayor Dolor también es obra anónima y José Miguel Sánchez la restaura en 2012.
Las calles se apagaron durante todo el recorrido para contribuir a la austeridad de una de las hermandades más rigurosas y austeras de la Semana Santa. No en vano, es conocida como la Hermandad del Silencio para el sosiego que transmite a su paso por las calles de Cádiz.
Fue fundada por Cayetano del Toro Quartillers, quien fuera alcalde de Cádiz, el 1 de diciembre de 1894. Tras unos momentos de decadencia fue reorganizada en 1921, debido a que tras su fundación la Cofradía fue languideciendo hasta quedar sólo veintiocho hermanos. Entre las personas reorganizadoras destacaron César y José María Pemán; en esta etapa se dotó a la salida procesional de una gran austeridad y recogimiento, características que hoy perduran.
El cortejo, igual de ordenado que a la salida, se recogería ya entrados en la jornada de Sábado Santo con el único sonido de las horquillas, el viento y una tímida voz ( la de su capataz Pablo Lacave) para dar las mínimas órdenes para efectuar la maniobra de entrada de nuevo en su Iglesia.