Héctor Mena, enfermero del centro de salud de Carlet (Valencia), forma parte de un grupo de sanitarios recién llegado de Ucrania tras prestar ayuda humanitaria junto a la ONG ‘Acoge Despierta’, de la localidad valenciana de Palmera. El enfermero ha revelado en Noticias 8 Mediterráneo que la visión en primera línea de una guerra dista mucho de lo que se puede percibir a través de los medios de comunicación. “Se pasa mal”, ha reconocido.
Mena ha relatado que “hemos ido allí por ayudar a esta gente a la que le va a hacer falta durante mucho tiempo esa ayuda, no solamente de este grupo que personas que hemos ido, sino de toda la población mundial”.
Uno de los aspectos que más ha impactado al enfermero es la división que hay en Ucrania entre las personas que “están un poco reacias al cambio de la Unión Europea” y, por otro lado, las personas, sobre todo la más jóvenes que no han vivido el antiguo régimen soviético de años atrás, que sí que “tienen ganas de salir al exterior y de tener una democracia”.
Además, Mena ha compartido una historia en concreto que le ha llamado la atención. Se trata de un chico de diecinueve años al que el enfermero ha descrito como un “héroe”, ya que por desgracia tuvo que sufrir el holocausto de Chernóbil, que “le ha dejado una secuela física de por vida como es una artrosis”, y ahora está viviendo la guerra. Sin embargo, el enfermero ha resaltado la “alegría” de este chico y “sobre todo las ganas de continuar adelante y de intentar cambiar esa sociedad en la que esto es lo que provoca estos poderes políticos a los que llevan a estas atrocidades”.
El enfermero ha contado que el primer día estuvieron en un hospital materno infantil que “fue el que nos dio la oportunidad de poder visitar luego otros lugares, estuvimos en un hospital de campaña en el cual no nos dejaron hacer fotografías evidentemente por problemas de seguridad”, aunque sí que tuvieron la oportunidad de intercambiar opiniones con los sanitarios del lugar.
Además, Mena ha hablado la situación en la que se encuentran los niños de un orfanato que “por las circunstancias, no van a tener ningún futuro alentador”. Se trata de niños que “han sido dejados por sus padres por la guerra, por los fallecimientos en esa guerra y también por algunas situaciones que están fuera de la legalidad”. El enfermero ha admitido que “te marca muchísimo esas caras, esa inocencia” y ha lamentado que “el afecto no les llega y creo que será difícil que les llegue”.
En concreto, el enfermero ha viajado junto a sus compañeros a la ciudad de Leópolis y ha expresado que “es curioso porque cuando llegamos a Leópolis las sirenas sonaban al cabo de dos o tres horas y la perplejidad es que la gente no hacía nada, seguían con sus negocios abiertos y paseando por la calle”. “La gente ya se ha acostumbrado a esa situación de guerra, es cierto que Leópolis está alejada de Kiev que es la zona caliente, pero de todas formas no deja de ser una zona de guerra donde se han bombardeado lugares que evidentemente es un riesgo para la población, que se lo toma con bastante calma”, ha manifestado Mena.
