Gareth Jones y Chaves Nogales son dos periodistas inolvidables. Ambos se vieron con el gerifalte nazi Goebbels. Se llevaron la misma pésima impresión. Los dos viajaron a Rusia y Alemania y dieron una visión más que turbadora de lo que vieron. Ambos tuvieron vidas cortas pero jalonadas de emociones fortísimas y con una profesionalidad fuera de lo común, por eso son hoy considerados como verdaderos héroes de su difícil oficio. Asombra lo que vivieron, cuando los desplazamientos y las comunicaciones no eran las de hoy.
Gareth Jones era un galés que abandonó la comodidad de la secretaría del primer ministro británico Lloyd George para adentrarse en el mundo de los reportajes. Hizo incursiones en el periodismo de riesgo, hasta volando con Hitler y entrevistarlo. Su heroicidad -puesta de actualidad en estos instantes de la vida de Europa- se evidenció cuando se trasladó a escondidas a Ucrania -entonces parte de la Unión Soviética- y en Stalino (la actual Donetsk) y en las demás tierras ucranianas presenció las requisas de trigo para transportarlas a Rusia, mientras sus habitantes sufrían el “Holodomor” -un genocidio con hambruna al que se sometió a la población para llevarse el trigo a Rusia-. No hicieron caso a sus alertas porque, desde Moscú, periodistas norteamericanos corrompidos por el gobierno ruso -alguno con el Premio Pulitzer- desmentían sus señales de alarma sobre lo que estaba sucediendo en los años 30. Su heroicidad ha merecido varias películas y el reconocimiento de las autoridades ucranianas. El autor de Homenaje a Cataluña y Rebelión en la Granja, George Orwell, se inspiró en su antiestalinismo, por lo ocurrido a Jones -al que trató- y a él mismo.
Chaves Nogales, reconocido en su tierra tardíamente, es un estandarte del periodismo español. La exposición del Centro Andaluz de las Letras, comisariado por Charo Ramos, y el éxito de sus Obras Completas -de la Diputación de Sevilla y Libros del Asteroide- han publicitado la dimensión absolutamente épica de alguien profundamente humano, que se las vio personalmente con las dos plagas que asolaron a la Europa del totalitarismo. Y las dejó inmortalizadas.
Tras las dos guerras mundiales, la construcción europea no es sino el intento de levantar, desde las cenizas de la Europa destruida, un proyecto democrático frente a los totalitarismos. Son los valores europeos. Esto significa Ucrania.