Desde que se subió al escenario para hacer teatro, se ha dejado llevar, con la firme convicción de que no se dedicaría exclusivamente a la interpretación, dando una oportunidad a su versatilidad, que lo ha convertido en un ‘showman’.
El actor y guionista Chema Trujillo (Miguelturra, Ciudad Real, 1978) llegó a Jaén a finales de la década de los noventa, para cursar sus estudios universitarios de Topografía. Descubrió el teatro siendo un niño, en la Universidad Popular de su pueblo. “No era tímido, tampoco antisocial, pero siendo niño me lo pasaba bien solo. Mis padres me apuntaron al conservatorio, a teatro, me llevaron a campamentos y lo que más me gustó fue el teatro”, recuerda.
Sin embargo, fue con la compañía universitaria ‘In Vitro Teatro’ con la que dio sus primeros pasos como actor y su relación se ha mantenido desde entonces. “Todos los años digo que lo voy a dejar, pero no puedo. La implicación sentimental es muy fuerte”, confiesa.
El próximo 22 de noviembre estrenará con In Vitro Teatro ‘El amante’, del dramaturgo Harold Pinter.
Comenzó con el desaparecido José Luis Fernández como director. De la ‘hornada’ de actores de sus inicios, sólo quedan él y Pedro Jiménez, actual director. Precisamente con él creó ‘La Quinta Pared’, una compañía de dos con la que escribían monólogos y los interpretaban. “Éramos dos terroristas. No teníamos mucha conciencia. Desfogábamos”, bromea.
Se ha formado en el Centro de Estudios Escénicos de Andalucía ‘Escénica’. “Nunca he dado el paso de formarme como profesional. Me he ido dejando llevar. Desde adolescente tuve claro que no iba a dar el paso de dedicarme exclusivamente a la interpretación. Me daba miedo que se estropeara. Es muy complicado”, confiesa. Sin embargo, no le ha faltado. “Jaén me ha tratado fenomenal. La gente que me he ido encontrando ha sido mi familia, tanto en teatro, en la Universidad y mi trabajo”, agradece.
Hoy, representar una obra teatral es para él un juego. “El teatro supone para mi jugar, pasármelo bien, disfrutar. Es mi coach particular, una manera de sacar los gatos buenos y malos que tengo dentro. Con el teatro canalizo bien”, apunta.
De manera natural, tiene más recursos para la comedia. “No sé por qué, pero hago gracia. Como actor, me gusta todo, un buen drama o un personaje violento. Me gusta explorar los fondos que tocan esos personajes”, explica.
Desenfadado y entusiasta, Chema Trujillo es muy expresivo y deja huella. Tanto, que es maestro de ceremonia en bodas civiles. Como guionista se acerca a situaciones vividas, escuchadas y vistas. “Pocas veces he escrito algo que, como mínimo, no lo haya oído. A la hora de hacer el monólogo, lo he hecho mío, pero de todo lo que hablo lo conozco. Me gusta escribir de la vida y las cosas que pasan”, dice.
Desde hace seis años presenta la gala de la entrega de premios del Concurso de Cortometrajes ‘Rodando por Jaén’ que organiza la Diputación. Además, en esta novena edición, celebrada el 23 de octubre, ha sido uno de los actores de las cintas proyectadas, ‘El velatorio de Deogracias Ungetti’. En el medio audiovisual, asegura, siempre se ve a Chema Trujillo. “Soy así, es marca de la casa. Me da la sensación de que estoy haciendo de mi”, percibe.
Compartió escenario con la actriz Cristina Mediero, con la que también está inmerso en la obra teatral ‘Ay, Carmela’, de José Sanchis Sinisterra, que se estrenó una semana antes en Villanueva del Arzobispo, con Loklaro Producciones. “La obra es un regalo, con un texto precioso y un bombón de personaje. Ya hay nuevas fechas que se están concretando”, confiesa.
Las representaciones las vive como un partido de fútbol. “El tiempo que dure la obra es tiempo de concentración, desde que arranca hasta que acaba. No me puedo salir de ese momento. La sensación en el escenario siempre es buena. Busco gustar al público, también provocar, divertir y remover”, dice.
A quien no acude al teatro, le sugiere que se dé una oportunidad. “Cuando vas, se abre una nueva ventana. Descubres vivencias que nunca antes has tenido”, valora.
Sobre la vida cultural de la capital, aplaude al “importante tejido teatral” que enriquece a Jaén. “Hay muchas compañías teatrales en la ciudad y en la provincia. En Jaén hay una cantera y un movimiento que está genial. Jaén es ideal es para hacer cine, otra cosa es para ver cine en la capital. La provincia es bonita y tiene muchos escenarios. Siempre he criticado que el único cine en la ciudad sea el de La Loma. Cuando llegué a Jaén había tres en la ciudad. Me gustaría ir al cine andando”, termina.